¿Por qué cambiarse de banco?

Cuando depositas tu dinero en una entidad bancaria no solo estás confiando en la entidad para que lo gestione, sino que también estás dando apoyo a sus actos. La gran mayoría de bancos especulan, favorecen las desigualdades socioeconómicas existentes e invierten en empresas y acciones que malogran el planeta Tierra y sus sociedades. La poca transparencia que caracteriza la banca convencional provoca que muchas veces no seamos conscientes de que estamos depositando nuestro dinero en entidades financieras que tienen políticas que nosotros, como individuos o como entidad, nunca apoyaríamos.

Así pues, os animamos a pasar a la banca ética por los siguientes motivos:

Para no financiar el negocio de la guerra

Una de las razones por las que existen armas en el mundo es porque están financiadas por la banca tradicional, de hecho, 3 de cada 4 armas existen por este motivo. Por lo tanto, podemos llamar banca armada a aquella que apoya la producción de la industria armamentista.

En cambio, las finanzas éticas tienen totalmente vetada la financiación de las industrias y sectores que pongan en riesgo y especulen con la vida humana, como podrían ser las armas y el negocio de la guerra. Eso responde a que este tipo de bancos tienen la ética como principio fundamental de cualquiera de sus actuaciones, como podría ser invertir o ceder créditos.

Consulta la huella en armas del banco donde tenéis la cuenta de la entidad en la App #PetjadaEnArmes.

Para no contribuir a la especulación de la vivienda

En más de una ocasión, las bancas tradicionales han sido rescatadas gracias al dinero público; las mismas bancas que han sido las impulsoras de numerosos desahucios. No satisfechas con ser responsables de que se echen personas de su casa, entre las que a menudo encontramos personas muy vulnerables como niños o gente mayor, las bancas acumulan miles de inmuebles vacíos de su propiedad.

Las finanzas éticas, lejos de especular con el derecho a techo, promueven el acceso a la vivienda. Además, como la ética es su pilar principal, apuestan por un modelo de vivienda digna y accesible para todo el mundo, sobre todo bajo modelos de gestión cooperativa y comunitaria.

Para no profundizar en las desigualdades Norte-Sur globales

Especular en la bolsa con recursos como los alimentos básicos y el agua, financiar empresas que deforestan la Amazonia, dar crédito a grandes empresas que explotan a las trabajadoras en el Sur global o proyectos extractivistas son un clásico en la actividad de la banca convencional.

Por el contrario, el crédito e inversiones de las entidades de finanzas éticas se destinan a cooperativas de comercio justo del Sur global, grupos de consumo de soberanía alimentaria, proyectos que quieren reducir la huella ecológica, entre otros.

Muchos países empobrecidos tienen dificultades para acceder al crédito, puesto que son los grandes olvidados por el sistema y, por lo tanto, también por la banca convencional. Las finanzas éticas apuestan por conceder microcréditos a pequeños proyectos con valores, especialmente a aquellos liderados por mujeres.

Por una toma de decisiones democrática

Encabezadas por hombres adultos, blancos y burgueses, las entidades bancarias convencionales son intencionalmente inaccesibles y, por lo tanto, las decisiones se toman entre muy pocas personas que acumulan mucho poder.

Las finanzas éticas apuestan por modelos de toma de decisiones más democráticos y participativos. A pesar de que no son todas, muchas son de base cooperativa y, en consecuencia, tienes derecho a voto como socia, independientemente del capital que aportes, y definir las políticas básicas de la entidad. A su vez, desarrollan mecanismos para la participación horizontal, dotando de autonomía las secciones territoriales y apostando para que sean sujetos políticos.

Por el acceso a la información

El lobby de la banca convencional influye en los medios de comunicación y los gobiernos, y debilitan así la soberanía de los pueblos. Llevan a cabo su actividad con gran opacidad, y utilizan fundaciones y obras sociales para practicar el greenwhasing bancario.

La transparencia, por lo tanto, se alza como un pilar fundamental en las finanzas éticas, que hacen pública toda la información relativa a su gestión y actividad, la actualizan regularmente y velan para que sea accesible. Así mismo, se hace seguimiento y acompañamiento a las entidades y personas a quienes se ha dado crédito o préstamos para llegar a acuerdos que eviten la morosidad y la presión sobre las acreedoras.