Rompiendo mitos

A pesar de que en los últimos años se ha oído hablar más sobre las finanzas éticas, todavía existen muchas dudas y prejuicios hacia ellas. En este apartado del recurso intentaremos aclarar los mitos e inquietudes más frecuentes.

No, está entre una ONG y un banco tradicional. Las ONG solo miran por el aspecto social de su actividad y las bancas convencionales por sus beneficios.  En la banca ética es clave analizar cómo genera beneficios y cómo los distribuye para asegurar la continuidad del proyecto teniendo un impacto social y medioambiental positivo.

La banca ética tiene menos oficinas y cajeros; cierto. Pero, teniendo banca electrónica, ¿realmente cuántas veces operamos por cajero?

En cuanto a las retiradas de efectivo, las bancas éticas tienen acuerdos con grupos bancarios para que sus clientes puedan retirar efectivo con tarjeta en sus cajeros a un coste nulo o simbólico.

Falso. Las bancas éticas sí que disponen de tarjetas, tanto de crédito como de débito. Para más información, consultad el apartado de operativa.

Falso. Los datos dicen totalmente lo contrario. Las finanzas éticas son más seguras que el sector bancario convencional porque financian economía real, sostenible y diversificada (tanto sectorial como geográficamente).
Además, huye de inversiones especulativas y no cotiza en bolsa, por lo tanto, no se ve afectada por la montaña rusa de los mercados de capitales.

Tanto Fiare como Triodos operan bajo el cobijo de los Fondos de Garantías de los sistemas bancarios de sus países de origen (Italia y Holanda, respectivamente), además de estar bajo supervisión del Banco de España. En el caso de entidades de servicios financieros –o parabancarias– (Oikocredit y Coop57), como no operan como bancos, no disponen de este cobijo, pero tienen sus propios Fondos de Garantía.

Por todo eso, las finanzas éticas tienen un índice de morosidad significativamente inferior (1,52%) al del sector bancario convencional (4,51%), a pesar de que este ha sido rescatado repetidamente por el sector público (ayudas estatales, banco malo Sareb…). *Datos del barómetro de las FE 2020.

Falso. Precisamente esta es la característica diferencial de la banca ética: mientras los préstamos otorgados por la banca tradicional han sufrido un ligero descenso, en la banca ética ha aumentado el número de préstamos para el fortalecimiento y desarrollo de proyectos sociales transformadores.

Eso sí, en la banca ética no hay lugar para proyectos con impactos sociales o medioambientales negativos y en eso es muy estricta.

Cuando no pagas por un producto, tú eres el producto. En este caso tu dinero.

En la banca ética, las comisiones sirven para garantizar la sostenibilidad del proyecto. Los bancos gratuitos no existen. Si no pagamos comisiones, los beneficios para mantener el proyecto se sacarán otros lugares: utilizar nuestro dinero para especular y financiar proyectos nocivos para el planeta, por ejemplo.

En cualquier caso, las comisiones de la banca ética son modestas y no distan demasiado de las de la banca convencional. Consúltalas aquí.

La transparencia y la democracia participativa en la toma de decisiones son pilares fundamentales de la banca ética. Han demostrado que no solo es viable y compatible con la actividad económica, también permite más control social.

Las entidades de base cooperativa (Fiare, Oikocredit y Coop57) permiten la participación directa en los órganos de la entidad, pero también desarrollan mecanismos para profundizar en una participación horizontal, dotando de autonomía las secciones territoriales y apostando para que sean sujetos políticos.

Si todavía no te ha quedado claro que no… Comprueba la #PetjadaEnArmes de tu banca en la aplicación de Banca Armada.

No son banca ética porque no cumplen los principios de las finanzas éticas. A pesar de ser de base cooperativa y operar con criterios más próximos a las finanzas éticas que la banca convencional, su objetivo principal no es la consecución del beneficio social.

Tresoreria Transformadora Mites